sábado, 23 de mayo de 2015

No es el mejor dia

La verdad es que hoy no es el mejor día para ponerme a escribir esto. Tampoco es el mejor día para ponerme a discutir detalles de mi futuro inmediato. Ni para acabar la única temporada de una serie. Hoy no es el mejor día para pasarme la tarde en casa solo aunque haya gente. Hoy no es el mejor día para respirar.

Últimamente nunca es el mejor día para nada. Ni siquiera para sonreír. Y no es que me falten motivos, es que no los considero suficientes. Siempre he sido así, demasiado exigente. De hecho, estoy escribiendo esto y me está pareciendo una puta mierda. Y no me gusta hablar de mis mierdas por aquí, pero como tampoco me lee nadie, pues yo me desahogo. Y a ver si hay suerte y los pocos que me leéis, aprendéis a ser felices con lo poco que tenéis y me enseñáis cómo se hace.

Llevaba sin actualizar esto más de un mes. Y han pasado mazo cosas en este mes. He comido un montón de veces, y cenado unas pocas menos. He bebido mucha cerveza, en buena compañía y en no tan buena. He escrito un poquito sabiendo de qué hablo y un huevazo sin tener ni puta idea. He compuesto las canciones más bonitas del mundo cinco minutos antes de entregarme a la redención amnésica del sueño, causando no recordarlas a la mañana siguiente. He sido social, he sido asocial. He cumplido mis necesidades biológicas un mes más, así que sigo vivo. He aprendido, un poquito más, a vivir.


He aprendido un poquito más a vivir. Pero esto es como todo (odio esa expresión), cuanto más sabes, más difícil se te hace, porque tienes que (y quieres) estar atento a más cosas. Me recuerda a cuando empecé a tocar la batería: me conformaba con mantener el ritmo con las dos manos y que no se me cayesen los palos de tocar. Y esta mañana he estado ensayando, y si en una estrofa no me salía de la "norma", metiendo notas fantasma o golpeando un tom porque sí, me sentía un batería de mierda. 
He aprendido un poquito más a vivir, y me he dado cuenta de lo difícil que es. Que, como dije hace más de un mes, las pequeñas decisiones llevan a acciones medianas, que conducen a consecuencias inmensas. 

Como dice la canción que estoy escuchando ahora mismo, seguiré corriendo. Porque no me queda otra. El tiempo avanza inexorablemente. Habrá que seguirle el paso.

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